El planteamiento de la Suzuki GSX-R 600 no da lugar a dudas, la moto está pensada para pilotar «al ataque». Es superligera, muy potente y aseguran (nosotros no lo probamos) que quitando el amortiguador de dirección también muy ágil.
Tal y como la probamos no es que sea torpe o excesivamente pesada pero sí que le costaba algo más que a otras supersport entrar en las curvas. Eso sí, una vez en pleno viraje la confianza que da es total, demostrando una estabilidad envidiable.

Sara Presenti